martes, 11 de enero de 2011

Televisores con tecnología 3D

Después de un primer post en el que os presentaba las diferencias básicas entre el LCD y el LED y el segundo, en el que os daba más detalles sobre lo que hay que tener en cuenta al comprar una televisión, me gustaría explicar un poquito la tecnología 3D aplicada a la televisión.

Como muchos sabéis, el cine en 3D existe desde prácticamente su nacimiento. Está documentado que el primer sistema en tres dimensiones se patentó en 1890. A mediados del siglo XX la llegada de la televisión provocó que la industria del cine intentara renovarse produciendo películas a color y en 3D. Sin embargo, el 3D no funcionó debido a su escaso perfeccionamiento y desapareció.
Ahora, con el revival del 3D, las principales marcas de televisión han apostado por comercializar productos capaces de reproducir imágenes tridimensionales. Si tenemos la suerte (y la pasta, mínimo mil euros en 42") para comprarlo podremos disfrutar de él de dos formas. Como lo normal es que en la televisión en abierto no se emitan contenidos en 3D, hay que esperar a que las películas que se estrenan en el cine aparezcan en el formato doméstico. Una película en 3D siempre la vamos a poder comprar en soporte blu-ray, pero un reproductor blu-ray normal no es compatible, así que tendremos que tener un blur-ay-3D, cuyo precio ronda los 200 euros. La otra opción es optar por un modelo de televisión que además tenga un conversor de 2D a 3D, de forma que podremos ver cualquier emisión en tres dimensiones, pero esta opción no está muy lograda y tampoco es muy recomendable pasarse el día viendo la tele con las gafas puestas porque la verdad, marea.

El efecto 3D es la suma de dos imágenes, la del ojo izquierdo (L, left) y la del derecho (R, right). Para que se forme la sensación de profundidad necesitamos grabar la misma imagen desde dos ángulos distintos (que imitarían los ángulos de visión de cada uno de nuestros ojos), y proyectar primero el fotograma para el izquierdo y después el del derecho. Por eso necesitamos que medien las gafas, para que cada ojo reciba solo la imagen que le corresponde: L-R L-R L-R... 
Quería entrar también en el tema de las gafas. En la actualidad hay dos sistemas a la venta. El más conocido es el de gafa activa. Son gafas de un diseño similar a las de sol, llevan pila o batería y se conectan al televisor por medio de infrarrojos o bluetooth. Su precio ronda los 150 euros y cada marca tiene sus propios modelos. Lo habitual es que al comprar el televisor venga algún pack de regalo con una o dos gafas, pero si queremos que toda la familia disfrute de una película 3D al mismo tiempo debemos comprar más, lo que supondrá un gasto extra. Si nuestra máquina es un LCD o un LED y utiliza una gafa activa tendremos que estar bien sentaditos frente a la tele, ya que si nos tumbamos veremos mal la imagen.

El sistema menos conocido es el de gafa pasiva. Es la gafa más similar a la del cine, pues son polarizadas y su precio se reduce a menos de diez euros. No necesitan pilas, son más ligeras y no necesitan sincronizarse con la televisión con infrarrojos o bluetooth. Su funcionamiento es sencillo: las líneas impares del televisor están polarizadas en un sentido, y las pares en otro. En las gafas, la polarización del cristal L coincide con la de las líneas impares y la del R con las pares. Así, no hay problema al tumbarse. Como he dicho, son más baratas y podrías tener gafas hasta para tu suegra, pero el inconveniente es que los televisores con esta tecnología son más caros y que además pierden la mitad de la resolución de la pantalla.

Por supuesto, estas televisiones son de gama alta, así que tendrán todos los extras que te comentaba en el resto de posts, pero hay que tener cuidado ya que los LCDs que llevan 3D tienen una calidad de imagen bastante inferior a la de los LEDs o los plasmas.

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