jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Dónde queda el "contrastar"?

Ahora que estoy a punto de terminar la carrera me doy cuenta de lo poco que he aprendido; bueno, rectifico, he aprendido mucho, pero poco de lo que realmente esperaba. Sin embargo, si algo me quedó claro en las asignaturas de periodismo fue que cualquier profesional, antes de mover un hilo, debe contrastar sus informaciones y asegurarse de que sus fuentes son fiables.

Tras la muerte en Tenerife de Aitana, la niña de 3 años por la que el novio de su madre fue acusado de asesinato y violación, volvemos a echarnos las manos a la cabeza. De caída del columpio a malos tratos pasando por abusos sexuales con desgarramiento vaginal.

Si todo esto es cierto solo el tipo en cuestión sabe lo que hizo. Si las noticias se han inflado, como suele suceder por falta de paciencia y exceso de ego, alguien debería ser destituido y los demás deberíamos reflexionar sobre ello. Las filtraciones y los "presuntamente" nos dan alas para publicar algo, lo que sea. El ritmo de producción al que hoy trabajan los medios no hace más que gastar papel para no llegar a nada, para en algunos casos ahondar más en la llaga y en otros para hundir familias enteras.

No defiendo la inocencia de este señor porque solo él sabe qué ocurrió, pero antes de conocer una sentencia no deberían verse imágenes ni conocer la identidad de un posible culpable. Y nunca entenderé porqué un suceso es noticia cuando solo debería ser lo que es, una desgracia (que ya es bastante).

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