Cada año nos marcamos un plan a lo bestia. El de este año ha sido, por unanimidad, la fiesta vikinga de Catoira, un pueblo de la Ría de Arousa donde saben pasárselo bien.
Después de pillar las entradas para la cena, donde corrieron el vino, el pulpo, churrasco, empanada y unos mejillones de infarto, fiestón total. Totalmente recomendable. Obligatorio ir disfrazado.
Every year we plan a summer animal party. This year we chose the Catoira´s Viking Party, a town on the Arousa Bank where they know how to do it.
After buying the tickets for the dinner, where wine, octopus, ribs, pasties and mussels were the stars... total party. Totally remarkable. Compulsory to be dressed up.
domingo, 16 de agosto de 2015
jueves, 19 de junio de 2014
Imágenes de la Coronación de Felipe VI. Madrid, 19 de junio de 2014
Quería comprobar cómo reaccionaba Madrid ante la coronación de un Rey y los preparativos del Ayuntamiento para una ocasión especial. ¿De verdad se pondría Madrid guapa? ¿Saldría la gente a la calle?
Como antecedente, viví la boda del príncipe William y Kate Middleton en Londres y las comparaciones son odiosas. No soy monárquica pero entiendo que una coronación es un momento histórico inigualable. Recuerdo la celebración de la boda de los Príncipes de Asturias y aquellos maceteros con flores enormes colgando de las farolas. Ni rastro. Austeridad máxima.
Salvo los metros y metros de tela de bandera, nada ha cambiado en la ciudad. Ni en el paisajismo de los jardines, ni en los detalles de las calles, ni en el número de personas en las aceras.
A las 10.20 de la mañana, el Paseo del Prado a la altura de CosmoCaixa estaba vacío. La mayor aglomeración encontré en los 50 metros que separaban las vallas de la Carrera de los Jerónimos de la fuente de Neptuno.
Los aledaños, tranquilos. En las imágenes de los periódicos podéis ver que hay hileras en la Gran Vía, pero en ningún caso son calles abarrotadas. Pensaba en cualquier manifestación y me daba la risa. La Plaza de Oriente sí se ha llenado pero... ¿dos millones de personas? Si hoy en Madrid había dos millones de personas en el recorrido de la coronación, podemos multiplicar por siete cuando contemos personas en una mani.
La nota de color la ha puesto la Guardia Real, impresionante. Y me ha sorprendido ver a bastantes mujeres montadas. Mientras no aparezca un perfil adecuado para Presidente de la República, nos queda Felipe para rato.
Como antecedente, viví la boda del príncipe William y Kate Middleton en Londres y las comparaciones son odiosas. No soy monárquica pero entiendo que una coronación es un momento histórico inigualable. Recuerdo la celebración de la boda de los Príncipes de Asturias y aquellos maceteros con flores enormes colgando de las farolas. Ni rastro. Austeridad máxima.
Salvo los metros y metros de tela de bandera, nada ha cambiado en la ciudad. Ni en el paisajismo de los jardines, ni en los detalles de las calles, ni en el número de personas en las aceras.
A las 10.20 de la mañana, el Paseo del Prado a la altura de CosmoCaixa estaba vacío. La mayor aglomeración encontré en los 50 metros que separaban las vallas de la Carrera de los Jerónimos de la fuente de Neptuno.
Los aledaños, tranquilos. En las imágenes de los periódicos podéis ver que hay hileras en la Gran Vía, pero en ningún caso son calles abarrotadas. Pensaba en cualquier manifestación y me daba la risa. La Plaza de Oriente sí se ha llenado pero... ¿dos millones de personas? Si hoy en Madrid había dos millones de personas en el recorrido de la coronación, podemos multiplicar por siete cuando contemos personas en una mani.
La nota de color la ha puesto la Guardia Real, impresionante. Y me ha sorprendido ver a bastantes mujeres montadas. Mientras no aparezca un perfil adecuado para Presidente de la República, nos queda Felipe para rato.
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viernes, 6 de junio de 2014
Los brutos de Maracena
Ahora que lo escribo veo que Los brutos de Maracena sería un título estupendo para una obra de teatro, pero lo de hoy es otra historia.
En la primavera de 2011 tenía una carpeta en la estantería de mi habitación en Londres sólo para proyectos. Empecé el guión de un documental del que sólo he hablado con una persona y por otro lado decidí que grabaría un pequeño retrazo de mis cuatro abuelos para guardarlo como material familiar.
Luego regresé a Madrid y empalmé contratos de trabajo que me absorbían todos los días de la semana. Y ahora trabajo sólo de lunes a viernes pero con un horario horrible que me ha consumido la neurona y media que me quedaba. Excusas. Ni he grabado el documental ni a mis abuelos.
Y esas son las espinas que se te quedan para siempre. En octubre del año pasado, cuando mi abuelo empezó a estar torpe, empecé la primera grabación. Estuvimos en su casa haciendo jabón casero y les grabé también mientras mi abuela hacía torrijas. Se notaba que algo fallaba y desde ese mes fue un no parar. No hubo más vídeos.
En marzo de este año empecé a hacer backup de fotos y vídeos, pero faltaba una carpeta, "brutos maracena" (maracena es su calle). Después de un mes dándola por perdida, la encontré. La había guardado tan bien que ni me acordaba de dónde la había puesto. Marzo fue también el mes en el que nos dijeron que mi abuelo estaba sentenciado.
Los brutos de Maracena contienen varias horas de grabación de esas que no sabes cuándo podrás abrir ni a montar. La moraleja es que nunca dejes algo sin hacer.
*Pachasco es una de las expresiones que más decía. No dejéis de decirla
En la primavera de 2011 tenía una carpeta en la estantería de mi habitación en Londres sólo para proyectos. Empecé el guión de un documental del que sólo he hablado con una persona y por otro lado decidí que grabaría un pequeño retrazo de mis cuatro abuelos para guardarlo como material familiar.
Luego regresé a Madrid y empalmé contratos de trabajo que me absorbían todos los días de la semana. Y ahora trabajo sólo de lunes a viernes pero con un horario horrible que me ha consumido la neurona y media que me quedaba. Excusas. Ni he grabado el documental ni a mis abuelos.
Y esas son las espinas que se te quedan para siempre. En octubre del año pasado, cuando mi abuelo empezó a estar torpe, empecé la primera grabación. Estuvimos en su casa haciendo jabón casero y les grabé también mientras mi abuela hacía torrijas. Se notaba que algo fallaba y desde ese mes fue un no parar. No hubo más vídeos.
En marzo de este año empecé a hacer backup de fotos y vídeos, pero faltaba una carpeta, "brutos maracena" (maracena es su calle). Después de un mes dándola por perdida, la encontré. La había guardado tan bien que ni me acordaba de dónde la había puesto. Marzo fue también el mes en el que nos dijeron que mi abuelo estaba sentenciado.
Los brutos de Maracena contienen varias horas de grabación de esas que no sabes cuándo podrás abrir ni a montar. La moraleja es que nunca dejes algo sin hacer.
*Pachasco es una de las expresiones que más decía. No dejéis de decirla
domingo, 4 de mayo de 2014
Octava etapa: La Habana, 24 de abril de 2013
En mi familia decimos que siempre nos
topamos con todo. Y eso incluye que nuestro primer día en La Habana acabásemos en
la comisaría.
El
encontronazo con los cangrejos camino a Bahía de Cochinos nos
obligó a viajar hacia La Habana antes de lo esperado. Este tramo de la
carretera central era el mejor porque nos acercábamos a la capital del país y,
como ocurre en cualquier parte, las capitales están mejor atendidas, y Cuba no
iba a ser una excepción.
Me atrevo a decir que la santería tiene más adeptos en este país que el fútbol en España. Ya lo decía Cari, la manicurí que se llevaba una garrafa de agua salada del mar para limpiar su casa de malas energías. En este viaje cogimos a un autoestopista que iba a hacer dos horas en coche para conseguir un antídoto a base de veneno de alacrán para su abuela, que tenía cáncer. Era fan de Lola Flores y tenía 22 años. ¡Olé ahí!
La Habana es la Grecia de América. Hay tanto edificio derruido y tanto escombro que tal nivel de destrucción acaba pareciéndote bonito. Y la ciudad está llena de carteles con la firma del Historiador de la Habana, que parece ser un conservador del patrimonio que promueve restauraciones y reconstrucciones de edificios históricos.
A estas alturas estábamos de vuelta de la picardía de algunos cubanos y en La Habana también nos encontramos con muchos cansinos, pero este fue quizá el más hijo de puta. Quería hacerme una foto delante del Capitolio y se nos acerca un padre con un hijo. Yo le había visto sentado en un banco mientras tiraba esta foto en una plaza.
"Yo a Vd. la conozco. Usted estaba en la placita comiendo pizza, ¿verdad?". Sí, me acordaba de él porque estaba comiéndose un helado con su hijo de trece años. Empezó a preguntarnos si éramos españoles, que en Cuba no se podia hablar con libertad como hacíamos nosotros en España, y no parecía que quisiera sacarnos nada, así que seguimos de charla mientras su hijo tenía la mirada un tanto perdida.
Nos quiso acompañar a un parque dedicado a un músico cubano, damos tres pasos y... aparece un policía. Le dijo que estaba detenido por molestar a turistas y mendigar con su hijo. Le defendimos, porque en ningún momento nos molestó, pero apareció una patrulla. Nos gritaba que por favor testificásemos a su favor porque no quería que su hijo presenciase cómo le detenían por charlar con dos extranjeros y nos dio las señas de la comisaría. Se lo llevaron en un coche con el niño y según vamos de camino a la comisaría empieza a hacerse de noche.
Detrás de otra columna aparece un tío colocado (los consumidores de droga son duramente castigados en la isla) que nos dice que es amigo del detenido y que siempre le pasa lo mismo por pedir con un menor; que si tenemos algo porque ha apostado todo su dinero al resultado de un partido de fútbol (en Cuba las apuestas y la lotería son ilegales). Pero a nosotros aquel padre no nos había pedido nada, así que aquello era incomprensible.
Llegamos a la comisaría y no nos atrevemos a entrar porque llevábamos una navaja en la mochila (era para partir la fruta pero cuéntale tú eso al que te cachea). Nos sentamos en la puerta y no paran de entrar mujeres con aspecto de puta que salían charlando tan pichis con otros policías (debían de ser policías de paisano). Al rato salen dos a la puerta, nos indican que debemos irnos y que allí no ha llegado nadie detenido, que se lo habrán llevado a otra cuadra. Le comentamos que queremos testificar porque el tipo no nos había molestado, creemos que pasan nota por la radio y nos marchamos.
Esa tarde habíamos aparcado en la Plaza de Armas y cuando llegamos al coche tenemos esperando al padre y al hijo en nuestro coche: sabían que veníamos en un Kia blanco y que lo habíamos aparcado allí. Nos contó la milonga de que le habían multado con 5 pesos y nos pidió que le pagáramos la multa. ¿Cómo averiguó este tío que habíamos aparcado un Kia blanco allí, que habíamos comido pizza y cómo llegó a nuestro coche justo cuando volvíamos a él? Llegamos a la conclusión de que nos siguió desde que aparcamos, se sentó a nuestro lado en la plaza mientras hacíamos fotos y nos abordó "por casualidad" en el Capitolio para contarnos batallitas y sacarse luego alguna propina al final del numerito.
¡Vaya tela con los habaneros! Si quieres leer otras historias, sigue el resto de etapas en Cuba Diaries.
lunes, 31 de marzo de 2014
miércoles, 12 de marzo de 2014
Séptima etapa: Bahía de Cochinos, 23 de abril de 2013
El amanecer en la playa.
Y los cangrejos
Bajan de la montaña a la playa para desovar y cuando terminan con el tema, de nuevo al monte. Preguntamos a unas señoras si por lo menos los echan a la paella... pero no, son dañinos. Así que a riesgo de pinchar nos dimos la vuelta. Veamos a lo Félix Rodríguez de la Fuente cómo acabó uno de ellos
Con lancha incluida nos dimos una vuelta con cincuenta rusos por la Laguna del Tesoro, de unos 5km de diámetro. El guía era cubano pero había pasado toda su vida en Rusia y hablaba maravillas de los comunistas.
Sigue nuestro viaje por Cuba
sábado, 8 de marzo de 2014
Oda a mis botas
Por favor, dadle al play.
Os diré que es mi canción de cabecera porque así es como me planteo la vida y porque me encanta cómo Carlos Taque dice eso de:
"Con mis botas de todas partes,
he bajado a buscarte,
en este tren a ningun lugar,
aún nos quedan sitios por llegar."
Hoy es un día triste. Mis Chiruca han dicho que ya no dan más pasos. El verano de 2006 estrené las Urbasa y me dijeron en la tienda que tendría botas hasta que me aburriese. Pero no he podido aburrirme porque han estado conmigo en mis mejores momentos:
Una noche del workcamp de concierto en Cabezón de la Sal. Cantabria, 2006 |
En las escaleras de la Catedral de Saint Paul. Londres, 2006 |
En el valle de Glendalough el verano en que me tiré a la piscina con el inglés. Irlanda, 2008 |
Con Isma durante aquel finde en Galway para ver a Nicky. Irlanda, 2008 |
Con los chuscos en Ütrech. Holanda, 2008 |
En el Erasmus de Raúl en Nijmegen. Holanda, 2008 |
Con Estrella haciendo obras en el workcamp de San Adrián. Navarra, 2009 |
Derrotada, con Álex, en el Festival Aupa Lumbreiras en Tobarra. Albacete, 2009 |
En la Séneca de Luz, junto a la patas del Guggenheim en el mítico viaje a Bilbao, 2010 |
Rodando con nuestra crew "Señores que se marean cuando ven sangre". Madrid, 2010 |
En mi temporada londinense con Paupe, Jessica y Nicky en la librería de "Notting Hill". Londres, 2011 |
En cada finde de pueblos que cayese. Fuenlabrada de los Montes, 2011 |
En Córdoba, con Isma. 2013 |
Ahora piden relevo para el Camino de Santiago (se reventaron las suelas en la nieve este año, 2014) y me lanzo a por otras Chiruca. Por más viajes. Por mucho tiempo.
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